“Para vencer a tu enemigo debes conocerlo, pero después de conocerlo deja de ser tu enemigo” – Anónimo
“Si alguien ofreciera tu cuerpo a un desconocido por la calle, te enfurecerías. Y sin embargo, ofreces tu mente a cualquiera para que abuse de ella, dejándola perturbada. ¿No te da vergüenza?” – Epicteto
Todos tenemos un amigo, una amiga o somos esa persona que no se anima a hablar en público. A todos nos ha pasado que nos dicen que le hablemos a una persona que nos gusta y no lo hacemos porque “nos da vergüenza”. Sin embargo, se suele admirar a aquella persona que habla en público o a esa persona que no se cuestiona dos veces en acercarse a esa persona que tanto le gusta, al parecer, la vergüenza es uno de tus peores enemigos.
ENTENDIENDO LA VERGÜENZA: SU ORIGEN
Nuestros sentimientos no saben que hoy día vivimos en una sociedad cada vez menos discriminatoria, más misericordiosa y salvo que cometas un delito grave nadie te va a expulsar de la sociedad.
Quizás creas que la sociedad está cada vez más violenta, esto se debe al efecto de las redes sociales (estudio, estudio) y los noticieros (estudio) que sacan y muestran lo peor de las personas. Sin embargo, la realidad es que cada vez las nuevas generaciones vienen más empáticas, temas como el matrimonio igualitario o la abolición de la esclavitud eran impensables hace pocas décadas. Por lo que a pesar de que va más lento de lo que debería, la sociedad es cada vez más tolerable.
A lo largo de nuestra evolución nuestra supervivencia dependía de vivir en manadas, en el paleolítico, la soledad era sinónimo de muerte. Es normal que nuestro cuerpo se haya desarrollado para evitar ser rechazado por el resto de la sociedad y que el hecho de pensar en que nos dejen solos nos provoque un estrés enorme (estudio) así como un impacto psicológico y fisiológico (estudio). La soledad nos genera muchas enfermedades (artículo). Entonces, colaborar con los demás nos ayudaba a sobrevivir, el respeto de las normas sociales elevaba nuestro status en el grupo, mientras que la indiferencia de los convenios tribiales lo reducía. Las probabilidades de sobrevivir y de reproducirnos dependían mucho de nuestro estatus, de ahí que nuestro cerebro sea muy sensible a variaciones percibidas de nuestra posición en la jerarquía social.
Evolutivamente, sentir vergüenza nos hacía acatar las normas sociales, evitando acciones egoístas que pudieran dañar al grupo y perjudicar nuestro estatus. Algunos ejemplos:
- Hablar en público: Si llegas a decir algo que ofende a la tribu, existe la posibilidad de ser desterrado, mejor sentir vergüenza para protegerte.
- Hablarle a una persona que te gusta: Si esa persona está con alguien de la tribu o es la hija del líder del grupo y se siente ofendida por tí, existe la posibilidad de que te maten o que te expulsen de la tribu, mejor sentir vergüenza para protegerte.
- Estar gordo o delgado: Si en el grupo entienden que no tienes un estado físico óptimo para cazar, quizás te expulsen del grupo, mejor tener un físico aceptado u ocultar tus “defectos”
Y así hay muchísimos ejemplos y todos radican en lo mismo, el miedo a perder estatus en la jerarquía social.
Hoy en día, las jerarquías sociales son muy diferentes y ya no hay un riesgo de que nos exilien. Sin embargo, el origen de la vergüenza sigue siendo el mismo.
QUE HACER CUANDO SENTIMOS VERGÜENZA
Primero que nada analiza el origen de tu vergüenza, es posible que esté justificada, si haz hecho algo que no deberías. En este caso sentirás culpa y remordimiento.
En la mayoría de los casos, la vergüenza se origina por infracciones imaginarias. Sentimos vergüenza si tenemos poco dinero o sobrepeso, porque seguimos pensando que esto disminuye nuestro estatus. De hecho, ser diferente en cualquier sentido suele producir vergüenza, ya que inconscientemente sentimos que estamos violando los convenios tribales. A pesar de que una persona con sobrepeso o poco dinero quizás ha sufrido bullying (lo cual me parece inaceptable en pleno siglo XXI) es mucho más el daño que se provoca la persona a sí misma en su mente que lo que realmente juzga el resto.
Ponte en el lugar del resto de las personas cuando vean que no cumples con los rasgos necesarios para mejorar tu estatus en el grupo… ¿Ves lo absurdo que suena? ¿A caso tu vas por la calle discriminando al resto por no cumplir con tus expectativas? Pues la gran mayoría le da lo mismo si tienes sobrepeso, si tienes una nariz grande o si eres pobre, se están fijando en sus propios “defectos”, no en los de los demás. De hecho, en Uruguay por ejemplo, son más las personas con sobrepeso que las personas delgadas (detalle), más bien los “distintos” son los que no tienen sobrepeso. Con esto no estoy justificando los problemas de peso, son malos para tu salud y te recomiendo que adelgaces, pero tampoco debes sentirte discriminado/a por no tener un “cuerpo fitness”.
Está muy bueno que intentes verte mejor, pero no lo hagas porque sientes vergüenza por lo que puedan pensar los demás. Tu valor como persona no depende de tu aspecto físico. Intenta buscar el cuerpo que quieres mientras aceptas el cuerpo que tienes.
Mejorar tu cuerpo te dará más confianza pero el proceso es tan importante como el resultado.
Agradece por todo lo positivo que tiene tu cuerpo y todo aquello que hace por ti todos los días. Quizá tus piernas no sean las más atractivas, pero te llevan a todas partes sin protestar. Si aprendes a querer tu cuerpo estarás más motivado/a a cuidarlo.
Los estoicos, filósofos que intento imitar en la mayoría de aspectos, utilizaban la Visualización negativa tanto para valorar más lo que se tiene como para sentir menos vergüenza por lo que falta.
Visualización negativa
Consiste en imaginar lo peor que te pudiera ocurrir en tu vida en base a algo que está pasando ahora. Hoy día, gracias a los libros de autoayuda, se intenta forzar un positivismo irreal. La realidad es como decía Bruce Lee “ESPERAR QUE LA VIDA TE TRATE BIEN POR SER BUENA PERSONA ES COMO ESPERAR QUE UN TIGRE NO TE ATAQUE POR SER VEGETARIANO,”. Los malos momentos van a llegar, hay cosas que no dependen de tí y que no podrás evitar. Muchas personas a diario pierden a sus padres, a sus hijos, hermanos, amigos, o pierden sus piernas o sus brazos, el sentido de la vista, el trabajo, etc. El único requisito para que te pueda suceder una tragedia es estar vivo, entonces tienes dos opciones: ponerte a llorar porque la vida es injusta o demostrarle a la vida que te puede golpear pero que tu estás hecho para aguantar. Las dos afirmaciones son ciertas, la vida es injusta y estás hecho para aguantar.
Ejemplo de visualización negativa:
Imagina que te despiertas una mañana y no puedes ver. Ya no puedes disfrutar de los lindos paisajes ni de la belleza de tu familia. Al lado de tu cama está el bastón que deberás usar cada día de tu vida para guiarte. Analiza cómo te sentirías, medita sobre lo limitada que sería tu vida…
Ahora vuelve a la realidad. ¡Puedes ver!, tus ojos responden, celébralo, agradécelo y disfrútalo.
Valora lo que tienes, porque lo puedes perder.
PASA POR SITUACIONES QUE TE DEN VERGÜENZA
Si hay algo que separa a la gente que cumple sus metas de la gente que no, es que los primeros se exponen a situaciones que los ponen incómodos seguido. Todos somos humanos, ¿crees que la gente exitosa no siente miedo? Sienten el mismo miedo y vergüenza que cualquiera, la diferencia es que no se dejan poseer por estos sentimientos, los aceptan, el miedo no se va a ir porque queramos, pero si actuamos a pesar del miedo y la vergüenza, te harás más resistente y podrás ampliar tu zona de confort, lo que te hará sentir realmente vivo/a. La realidad es que hoy día, en la mayoría de los casos no existe un peligro real del cual la vergüenza deba protegerte. Recuerda, si tu intención es hacerle el bien a los demás o a tí mismo sin dañar a los demás, la vergüenza es solo una respuesta ancestral al miedo a que te dejen solo/a, analiza la situación racionalmente y verás que no tiene sentido avergonzarte.
CONCLUSIÓN
Tu valor como persona se mide realmente por tus acciones no por lo que puedan llegar a percibir los demás de ti. Lo único que debería darte vergüenza es obrar mal. Irónicamente, muchos sienten vergüenza por intentar hacer lo correcto. En el mundo actual los malos hábitos están normalizados, convirtiendo en raros a los que se preocupan por su salud. Se considera normal comer carne pero anormal ser vegano, es normal tomar Coca-Cola a todas horas y desayunar bizcochos, pero si te saltas el desayuno o dices que no comes ultraprocesados pasarás a ser extraño. Las opiniones de los demás son externas, no dependen de tí, ergo ni las puedes controlar, ni te deben preocupar.
Muy bueno, la vergüenza y el miedo empiezan por una situación exagerada y horrorizante que nos pone nuestra cabeza sobre el peor de los resultados posibles de llevar a cabo esa acción
Exactamente Lucía! Gracias por pasarte! 💪🏻